miércoles, 18 de enero de 2012

SICKO (Michael Moore)


Es un reportaje que hace Michael Moore sobre que en Estados Unidos no hay asistencia médica y en algunos otros países si.


Michael Moore hace este reportaje con la intención de que la gente vea lo mal que esta ir al médico en Estados Unidos, si quieres que te atiendan tienes que pagar por ello, si te estas muriendo y eres pobre les da igual, te dejan que te mueras.
Me impactó bastante cuando salió un hombre explicando que se corto dos dedos  y fue al médico y le dijeron que implantarle un dedo valía 60.000 dolares  y reconstruirle el otro 12.000 dolares, y como no tenía bastante para pagarse los dos dedos decidió cual de los dos dedos quería salvar porque no tenia otra opción.
Parece mentira pero es real, tuvo que conformarse con un dedos porque no tenias más dinero para arreglarse el otro.
Otro de los casos que explica es el de una familia que vivía muy bien en una casa grande y a la mujer le entró cáncer y al marido otra enfermedad y tenían que pagar mucho dinero para los tratamientos y exploraciones y se quedaron sin casa ni nada porque no tenían dinero suficiente para pagar lo que pagaban por la casa y tuvieron que irse a vivir a una casa muy pequeña y eran una familia muy numerosa que no cabían todos en la casa esa donde se habían tenido que mudar por no poder pagar su casa por culpa de tener que pagar los tratamientos de las enfermedades.


Yo pienso que todo el mundo se merece que si esta enfermos que lo atiendan y no lo dejen morir a tanta gente que no tiene dinero para pagarse una consulta médica.
En Estado Unidos quieren dar una imagen de que los países que tienen asistencia médica gratuita, los médicos no ganan casi dinero, que los hospitales son sucios y sin casi recursos y eso no es así. 
Cuando Michael Moore va a otros países a ver si es verdad todo lo que dice Estados Unidos de los demás países, se queda alucinado porque ve que en las farmacias por medicamentos te cobran muy muy poco y el no se lo cree, piensa que le están gastando una broma, pero no, es verdad y ve que en los países que hay asistencia médica gratuita viven mejor.

miércoles, 11 de enero de 2012

MUSEO THYSSEN



LA HISTORIA DE LA COLECCIÓN.
El fondo artístico empezó a formarse hacia 1920, como colección privada del I barón, Heinrich Thyssen-Bornemisza (1875-1947). Ya anteriormente, hacia 1906, su padre August Thyssen (1842-1926) había encargado varias esculturas de mármol a Auguste Rodin. De ellas, cuatro pasaron a la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza y se exhiben en el museo[2].
Joven caballero en un paisaje, gran cuadro deVittore Carpaccio.
En muy pocos años (1926-34) los Thyssen sumaron varios de sus mejores cuadros, de autores como DureroJan van EyckCaravaggioVittore Carpaccio. Se dice que la compra de tantas obras maestras fue posible por la gran actividad que vivía el mercado del arte, por el crack del 29 y la difícil situación en Europa entre las dos guerras mundiales. Muchos aristócratas europeos y magnates americanos tuvieron que vender sus colecciones, y los Thyssen pudieron adquirir obras muy raras a precios razonables. Sin embargo, hay que desmentir que la colección se beneficiase por una presunta proximidad al régimen nazi. Los Thyssen-Bornemisza no residieron en Alemania sino en Holanda y Suiza; la confusión se explica por la existencia de otra rama de la saga Thyssen, ajena a los Bornemisza y también dedicada a la industria, que sí colaboró activamente con el Tercer Reich.2
El crecimiento de la colección fue tan rápido, que ya en 1930 mereció una exposición en Múnich. Constituyó una revelación, ya que el I barón compraba discretamente mediante intermediarios. Así encubría su identidad y evitaba los precios abusivos. En 1932 adquirió una mansión en LuganoVilla Favorita, que pasó a ser su residencia habitual, y le sumó un pabellón o galería para exhibir su colección. Inauguró este incipiente museo (privado) en 1937 pero tuvo que cerrarlo muy pronto, al estallar la Segunda Guerra Mundial; lo reabriría su hijo una década después.
El segundo barón, Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza (1921-2002), popular en España gracias a su matrimonio con Carmen Cervera, prosiguió la actividad coleccionista de la familia, tanto con arte antiguo como especialmente con arte impresionista y posterior, hasta entonces excluido por los gustos conservadores de su padre. Su primer objetivo fue reunificar la colección, que había sido repartida entre los hermanos. Esta tarea la prolongó hasta la década de 1980, cuando recuperó la Madonna de la humildad de Fra Angelico (MNACde Barcelona), que poseía una hermana suya. Otras piezas, pertenecientes a la llamada Colección Bentinck-Thyssen, no tuvieron igual suerte; se subastaron y dispersaron en 1995. Entre ellas se contaba un Cupido pintado por Rembrandt [3], actualmente en el Museo Liechtenstein de Viena.
A las obras maestras heredadas y recuperadas el barón unió muchas otras a partir de 1956, en una intensa actividad compradora que llegó a cien piezas por año y que no se limitaba a cuadros. El conjunto artístico de los Thyssen-Bornemisza sumaba además dibujos y acuarelas, esculturas, tallas en marfil, objetos de plata, muebles y alfombras. Se trataba de una de las colecciones privadas más valiosas del mundo y posiblemente de la más variada y completa en cuanto a pintura, pero su misma envergadura planteaba el problema de asegurar su futuro. El mismo barón confesaría que desde principios de la década de 1980 le había preocupado dejar atada la pervivencia de la colección.

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